Editor´s Choice… Fernando Rodríguez

He seguido de cerca la carrera de uno de los mejores diseñadores de joyería que tiene nuestro país: me refiero a Fernando Rodríguez, quien nació en la Ciudad de México, creció en Morelia y lanzó su primera colección, en 2001, en Playa del Carmen. Desde entonces, grandes cosas han pasado para su marca, del mismo nombre, pues sus fantásticas piezas orgánicas o arquitectónicas han aparecido en revistas como Harper´s Bazaar, Elle, Glamour, L´Officiel y Grazia, entre otras, en publicaciones nacionales e internacionales. Muchas mujeres resguardan sus piezas o las presumen con su guardarropa para darle personalidad y estilo pero, lo más importante, es que esta joyería se reinventa cada temporada, sin perder identidad, aunque ofreciendo siempre ese toque distintivo que todas amamos.

La evolución es, sin duda, columna vertebral de Rodríguez, quien comienza su carrera explorando los recursos naturales del Caribe, como las conchas, caracoles, piedras y materiales orgánicos que se amalgamaron en sus primeras colecciones. Hoy, sin embargo, sus piezas pueden ser de bisutería fina, lo mismo que confeccionarse en oro o plata usando piedras preciosas o semipreciosas.

A través de poco más de 20 colecciones que se han creado bajo la firma Fernando Rodríguez, se han llevado a cabo colaboraciones con diferentes comunidades. Una memorable se hizo en el 2006, cuando trabajó con la comunidad Tzotzil en el pueblo de Simojovel, Chiapas, en donde se diseñaron piezas con minerales y resinas naturales características de la región. Su equipo de trabajo está formado en gran parte por personas de la tercera edad que brindan su saber artesanal y su basta experiencia. Pero también existe un sesgo filantrópico en Rodríguez, pues a través de la Fundación Infantil Ronald McDonald, donó un importante porcentaje de sus ventas para hacer llegar aparatos auditivos a niños de bajos recursos de comunidades indígenas.

Conoce a Fernando Rodríguez en su Instagram: @fernandorodriguezdesign

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Fotografías: cortesía de la marca.