Ver las cosas con humor puede ayudarte no sólo socialmente, sino en la manera de crear tu éxito interna y profesionalmente.

Parece que en cada grupo de amigos existe el chistoso: ese personaje que nos divierte por sus ocurrencias o nos hace reír gracias a sus payasadas. Pero rara vez nos sentamos a pensar lo que esa persona tiene, que representa una ventaja, y la maravillosa forma de ver su mundo que dista mucho de los que consideramos que en todo momento debe existir seriedad.

Veamos, entonces, cuáles son los beneficios de tener sentido del humor y en qué medida podemos entrenarnos para ejercitarlo como un músculo de la felicidad.

1.- En primer lugar, el que se sabe reír encuentra oportunidad para disfrutar el momento aún cuando no sea tiempo de divertirse. Por ejemplo, aprender a no tomarte tan en serio a ti o a la circunstancia puede hacer la situación más llevadera para todos. Los que, además, pueden reírse de ellos mismos, definitivamente fluyen con mayor agilidad hacia el puerto de la estabilidad y el gozo.

2.- No hay nada más agradable que estar con una persona que sea divertida. Tan es así, que muchos de nosotros cambiaríamos sentido del humor por belleza física u otras aptitudes. Una persona simpática hace alegre todos los momentos, incluso los funerales, y pueden ser la perfecta pareja o la mejor compañía en un viaje.

3.- El sentido del humor, sin duda, representa agilidad mental y eso implica que, sin importar las dificultad o solemnidad del caso, la persona que posee este increíble tesoro entreteje nombres y hechos para mostrarlos, con ingenioso sarcasmo, una realidad fresca que invita a la carcajada.

4.- El verdadero y sano rsentido del humor no lastima a un adversario, ni lo ridiculiza, sino que encuentra un punto vulnerable que puede utilizar para presentar su visión cómica o con un toque de socarronería.

5.- El sentido del humor se puede aprender del mismo modo que, en una familia por ejemplo, se nos ha enseñado la formalidad. Cuando convivimos con personas que se prestan a ejercitar la mente con humor, no sólo el ambiente se torna alegre, sino que se relajan algunos rígidos valores y se pueden encontrar nuevas perspectivas.

6.- Enamorarse de una persona con sentido del humor es peligroso porque la adicción a la alegría es monumental y no será fácil dejarla ir cuando sabes que en la cama o en el súper, siempre termina por hacerte carcajear.

7.- Por último, y no por ello menos importante, trabajar con alguien que puede encontrar la broma o la camaradería sin ser ofensivo nunca, termina por verse como un líder amigable y cercano, en lugar de uno rígido y autoritario.

Por estas importantes razones, si el humor no se nos da naturalmente, debemos bajar la tensión y buscar lo cómico en cada circunstancia y la posibilidad de reírnos de nosotros por delante y en la compañía de otros también, para sumarlos al gozo de la vida.

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Fotografías: SHOWbit.