Repite ese momento en el que dejas sin aliento a los que te miran, por lo fabulosa que te ves.
El impacto se produce en el ambiente y tú de inmediato te das cuenta de que acabas de sorprender positivamente a todos. Dejaste al mundo con la boca abierta, pero quizá no estás muy consciente de cómo lo provocaste. Pues esto es lo que hiciste:
- Te sentiste cómoda con la elección de tu outfit.
- Llevabas unos zapatos espectaculares y totalmente domesticados.
- Tu arreglo personal (maquillaje, peinado, manicure, accesorización, etcétera) fue de tu agrado.
- Estabas descansada, pero con una energética dosis de adrenalina.
- Tu postura y garbo te hacían crecer unos centímetros.
- Entraste en escena con paso firme y mucha seguridad.
- Tus ojos brillaron y premiaste al mundo con tu mejor sonrisa.
- Sabías que era momento de mostrar todos tus encantos.
- Te sentiste merecedora de tu poder.
Lo anterior puede resumirse en unos cuantos conceptos: cuidado personal, autoestima, seguridad y adjudicación de poder. Lo mejor del caso es que puedes irlos construyendo desde hoy. Ve fortaleciendo tu autoestima de adentro para afuera a través de la autovaloración. De afuera hacia adentro ve creando una imagen que te haga sentir fantástica.
Si quieres profundizar en este tema, te recomiendo mis libros: El poder de la ropa y El poder de tu belleza, ambos en Editorial Océano, así como el nuevo: Imagen, actitud y poder, con el sello Aguilar, de Penguin Random House.
#Knowtherules #Breaktherules
Fotografía: SHOWbit