Conoce las reglas de la moda para romperlas y encontrar tu propio estilo

Porque sólo alguien que domina el protocolo y las fórmulas infalibles del estilo puede darse el lujo de destrozarlos y verse aún mejor.

 

Así como los pintores tienen que comenzar dibujando manzanas y poco a poco deben ir explorando el cuerpo humano, los paisajes y los retratos, antes de aventurarse a incursionar en el arte abstracto, las personas que desean vestir de una manera original o que quieren hacer coordinación (FashionStyling) de moda como profesión van a necesitar poner un freno a su creatividad y concentrarse en las reglas del buen vestir.

 

¿Qué tipo de reglas son ésas? Pues aquellas que se apegan a un protocolo social o que buscan favorecer al cuerpo y personalidad de quien se viste. Por ejemplo: no es correcto que una mujer que ha sido invitada a una boda se vista de blanco. ¿Por qué? Pues porque, lo use o no, el color blanco es privilegio único de la novia. La excepción aplica si los novios solicitaron a los invitados ir vestidos de blanco. Eso es protocolo. En cambio, las reglas que buscan favorecer al cuerpo y dar un estilo a las personas son fórmulas que se aplican considerando los retos que se presentan en cada individuo. Si una persona tiene cuello corto, por ejemplo, debe evitar a toda costa las gargantillas o correrá el peligro de acentuar el poco espacio que hay entre la cabeza y sus hombros.

 

Los protocolos son culturales y, por lo tanto, varían de país en país e incluso entre clases sociales en una misma nación. En cambio, las reglas que intentan mejorar la imagen de una persona a través de su look suelen aplicar a lo largo y ancho del globo terráqueo.

 

Las tres cuestiones básicas que se pretende lograr para favorecer a una persona son:

  1. Estilizar la figura. Es decir, se trata de que luzca más larga y esbelta.
  2. Balancear la silueta. Se busca compensar el cuerpo para que la mujer luzca como un reloj de arena (hombros y cadera equivalentes demarcando la cintura).
  3. Acentuar la cintura. Exista o no la maravillosa curva que se marca al centro del torso, es preciso que se marque, se insinúe o hasta se produzca artificialmente.

Una vez que dominas las reglas y los trucos para saber qué llevar y a dónde, de manera que se ve estética tu figura (o la de quien estás vistiendo), ha llegado el momento de romper los esquemas. Por ejemplo, llevar, si te place, los zapatos de noche a la oficina o ponerte aretes inmensos, aunque seas bajita.

 

Poder lograr esto implica dos cosas importantes: tener una seguridad que compensa tu falta de altura y poseer tal manejo del arte del vestir que, en lugar de buscar agradar quedando bien con la sociedad, decides divertirte y poder postear una Instagram memorable.

 

Las mujeres que rompen reglas no siempre tienen estilo. Pero las que conocen las reglas y se dan el lujo de ignorarlas es porque su personalidad y su estilo no conocen fronteras.

#Knowtherules – #Breaktherules

 

Fotografía: SHOWbit