Si el lujo es una creación de los franceses, ¿cómo es posible que todos lo hayamos adoptado sin cuestionamiento y proliferado como si fuera algo contagioso?

La respuesta, según Joan DeJean, está en su libro The Essence of Style, un maravilloso compendio del nacimiento del lujo, el gusto por los zapatos, el origen de la sombrilla y el valor de un brindis acompañado por burbujas.

Este libro está escrito por una historiadora especialista en el periodo de Louis XIV, justo la era en donde la moda adquiere una importancia sin precedente y donde la riqueza comienza a llevarse a un extremo ostentoso que embriagó a la corte y comenzó un mal sabor de boca que, en su momento, se facturaría con el conteo de cabezas.

Pero visto desde nuestra perspectiva, y eso que la primera edición de este libro se editó en el 2005, todo lo que nos sabe a placer y suntuosidad, ha sido ideado en Francia. Desde el corte de pelo por un peluquero celebridad, los zapatos de tacón, los apreciados diamantes, la alta costura y la comida gourmet, hasta el pop que suena cuando sale volando un tapón de champaña acompañado por una estela de burbujas, no cabe duda de que el lujo es creación de los franceses.

Comprar, celebrar por todo lo alto, beber lo más fino en un maridaje con platillos cuya elaboración es digna de premios, es sólo un bocadillo cuando se trata de la educación gala en cuestión de vivir bien. Al resto del mundo no nos tocaba más que acatar los estándares de los grandes y de vez en cuando usar nuestra tarjeta de crédito para probar, aunque sea una muestra minúscula, de las glorias de Luis XIV que han trascendido hasta nuestros días. Y… voilà! Hay que aceptar que DeJean ha probado tener razón: el lujo es creación de los franceses.

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