En una época en donde todos estamos tratando de entender dónde está el negocio y la prosperidad, el consumidor parece saber lo que quiere y el resultado es una sana mezcla del pasado y el presente llamado FUSION.
Los diseñadores, confeccionistas, compradores, distribuidores y empresarios de moda intentan prepararse para el regreso de los consumidores a la era post pandemia que, se espera, tenga lugar en el segundo semestre en países donde ha comenzado a aplicarse la vacuna.
China, cuando se trata de gastar en moda, siempre lleva la delantera, y ha mostrado indicios alentadores no sólo para las marcas de extra lujo, sino también para aquellas que encabezan el negocio del fast fashion. No obstante, los reportes de ventas parecen ser contradictorio y, en más de un caso, inesperados.
Se sabe que durante el confinamiento hubo un drástico incremento en ventas desde lencería, hasta de ropa deportiva, pasando por prendas superiores como blusas o suéteres y zapatos bajos, que reflejan una nueva vida y profesión en el interior del hogar. Eso, curiosamente, logró aumentar ventas de tratamientos faciales y maquillaje, pero también de joyería. Lo que no se esperaba, era un pico en la ventas de zapatos y vestidos de coctel, que a pesar de que todavía no se regulariza los eventos masivos, ni se han reabierto bares, discotecas o conciertos, todo parece indicar que el deseo de salir a gozar con los amigos recobrando el glamour, es ya una oleada de esperanza para todos los que han visto sus negocios sufrir por la poca demanda que hubo de stilletos altísimos o vestidos de gala.
Sin dejar de un lado el negocio digital que ha probado ser el salvavidas de muchos en la industria de la moda, ya se ha creado expectativas para las marcas y tiendas, en cuanto al regreso de los consumidores ávidos por olvidar el confinamiento. No es de extrañar, por ejemplo, que se hayan implementado estrategias creativas y agresivas encaminadas a calentar motores para que el 21 de junio, día en que se ha anunciado en la Inglaterra que regresa todo a la normalidad, ya se hayan ordenado nuevos guardarropas y se reciba, en los locales donde hay venta de prendas, masivas o de lujo, como si fueran parte de la nobleza.
Pero, ¿qué tan rápido o práctico será invertir en prendas y accesorios de fiesta? Es un hecho que el deseo se ha ido cocinando a fuego lento y que el mismo confinamiento ha logrado lo que para muchos parecía imposible: ahorrar sin mayor esfuerzo y de manera involuntaria. Sin embargo, la pregunta lógica es: ¿en qué te sonaría correcto invertir? Los habitantes de Australia, por ejemplo, en donde ya se ha retomado la vida normal, siguen prefiriendo las prendas cómodas, aunque ya se ha notado un poco más de sofisticación en lo que eligen para comprar. La respuesta parece ser un híbrido entre volver a sentirse guapa, deseable, sexy, profesional y competitiva, cuando se trata de ese juego en el que las mujeres se visten para otras mujeres, y preservar la comodidad. A esa virtuosa mezcla de ambos beneficios en donde una persona se ve y se siente bien, se le ha llamado fusión (fusion en inglés) y todo parece indicar que ha llegado para quedarse, al menos hasta que nuestra memoria pierda de vista el terremoto causado por el Covid-19.
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Fotografías: SHOWbit.