En esta época de no abrazos ni besos, ¿dónde queda el amor?

El coronavirus ha volteado al revés el planeta y levantado restricciones para el contacto físico. ¿Qué haremos para demostrar el amor?

 

 

#NOTOUCH es la nueva política que han implementado ya varias compañías de belleza, tomando las precauciones para evitar el contagio de sus empleados y clientes, al no utilizar brochas, aplicadores o productos muestra en el rostro o manos.

 

El mensaje generalizado que incluye lavarse las manos constantemente, no tocarse la cara, estornudar o toser cubriendo tu boca con el brazo, usar lentes y guantes, desinfectar áreas comunes como la barra para empujar el carrito del súper o los botones del elevador, además de no saludar de mano o dar beso a la gente, se convierten en un reto mientras todos simulamos que estamos llevando a cabo nuestra vida cotidianamente. De todas estas instrucciones, sin embargo, la que más se nos dificulta a los mexicanos es el saludo distante. La calidez en nuestro país es algo que me enorgullece y saludarnos con cierta demostración física: darnos la manos si somos desconocidos, un beso si nos hemos visto antes o el extraño nos es presentado en un círculo amistoso e incluso esa complicada rutina que los hombres siguen con abrazo, apretón de manos y abrazo, como un código de complicidad masculina; parece parte de nuestras buenas maneras. Por lo tanto, dejar de saludarnos con contacto físico o buscar una inusual alternativa como cuando te acercas para estrechar la mano de alguien y te ofrece su antebrazo, provoca una sensación equivocada de hostilidad o rechazo.

 

 

Ser quien pone la distancia tampoco es cómodo. La gente reacciona como si estuvieras exagerando y se desencaja, sin entender que este gesto es para la protección no sólo de ambos, sino de cientos de personas que pueden salir perjudicadas por un contagio que se reproduce a velocidades y escalas inimaginables.

 

El caso es que la cercanía física con familiares, colegas y amigos crean un vacío de confort y pertenencia. Sin duda podemos tratar de hacer un cambio de chip y pensar en la salud, en la seguridad y en la protección individual o nacional. Pero te tengo una propuesta paralela: utilicemos este distanciamiento físico para capitalizar el poder de la palabra.

 

Te explico: en algunas terapias de pareja, cuando ya no sólo no hay sexo, sino tampoco comunicación, se suele pedir a esas personas que expresen lo que les gusta de su compañero, qué admiran, qué gozan y qué valoran, para reestablecer el vínculo y lograr que ambos se sientan amados. Siguiendo ese mismo esquema, podemos comenzar a dar caricias con palabras a los que amamos, despertar el sentido de equipo con nuestros colegas si los recibimos con una frase que los haga sentir importantes y ser mucho más amables con los extraños.

 

 

Si tienes pareja, aprovecha el ejercicio para decirle lo que sientes, lo que disfrutas y los proyectos que anhelas cumplir en una comunión entre ustedes dos.

 

Hablar, escribir y, por qué no, actuar con amor, será una gran forma de revertir el miedo, la incertidumbre y la impotencia de nuestra situación. Hazlo por ti, por los tuyos y por mí. Usa tus palabras como besos y abrazos desde hoy.

#Knowtherules   #Breaktherules

Fotografías: SHOWbit