¿Cómo hablar en público mientras tu ropa calla?

Cuando hablas en público tu atuendo debe favorecerte, hacerte creíble, pero nunca llamar la atención más allá de lo que estás diciendo.

 

 

Hablar en público ya es en sí un reto. Pero vestirte de acuerdo a los estándares de la industria a la que perteneces, de manera que luzcas bien y que te veas como una conocedora del tema a tratar, requiere que conozcas un poco más sobre tu imagen.

 

Empecemos por el principio: para verte profesional, tu ropa debe ser la indicada para lo que tratas de proyectar. Si, por ejemplo, trabajas en tecnología o algo creativo, vestir de traje sastre te haría verte distante, como si realmente no pertenecieras a esa especialidad. En cambio, si estás en cuestiones financieras, de leyes o de cualquier otra posición en donde se requiere no sólo reflejar tu formalidad, sino también tu autoridad en el tema, los trajes que te dan estructura son ideales. Si es tu caso, el peinado debe ser pulido: con un buen corte y nada de grandes melenas. Además, debes asegurarte de llevar un maquillaje discreto.

 

Pero no sólo debemos preocuparnos de que la ropa nos haga creíbles y coherentes con nuestro profesionalismo, sino también es preciso asegurarnos de que permitirá que la audiencia reciba correctamente nuestro mensaje y quede con una gran impresión de nosotros. Es decir: que tu ropa calle mientras tú hablas. ¿Cómo lograr eso? La respuesta está en hacer que la ropa guarde silencio.

 

Cuando llevas una melena salvaje, aretes que se mueven, un vestido entallado que revela tus curvas, el público difícilmente podrá concentrarse en lo que dices, porque estará demasiado distraído con tu imagen. En mi libro Imagen, Actitud y Poder, del sello Aguilar de Editorial Penguin Random House, analizo detalladamente lo que sucede cuando la audiencia no está escuchando al conferencista por culpa de su ropa. Algunas investigaciones incluso reflejan que somos tan visuales que “escuchamos con los ojos”, porque la presentación más importante que lleva el que habla en público no es su PowerPoint, sino su propia imagen.

 

 

Para que tu ropa calle mientras tú hablas, sin arruinar tu discurso, es preciso que sigas las siguientes reglas:

 

 

 

 

 

 

Para que tus palabras sean escuchadas y valoradas, lo mejor es que tu imagen se convierta en tu mejor aliada. Disfruta el momento, demuestra tu liderazgo, proyecta tu seguridad y deja que la audiencia caiga rendida a tus pies.

 

#Knowtherules   #Breaktherules

 

Fotos: SHOWbit