Porque hacer un resumen de tus bendiciones diarias puede cambiar la manera en la que vibras.
Tenemos que admitirlo: nos quejamos de todo. Que si el estrés, lo mucho que trabajamos, el tráfico, el mal servicio, las deudas, en fin… No terminaría nunca la lista. ¿Pero cuántas veces al día reconoces las cosas buenas que tienes?
Agradecer, aunque no lo creas, es señal de salud mental. Porque cuando estás deprimida no puedes darle mérito a nada ni a nadie. Todo se ve oscuro y en tu contra, como si el mundo estuviera restringiendo tus posibilidades de ser feliz.
La buena noticia es que la gratitud puede inducirse. Me explico: puedes ponerte una pequeña tarea en la que debas agradecer todo lo que tienes, antes de levantarte de la cama y justo cuando te vas a dormir. Este hábito hará que veas tu situación desde el lado claro de la moneda y que puedas enfocarte en lo positivo de tu vida. Ya que, como dice el famoso dermatólogo Doctor Murad: “Mucha gente no cree en la gratitud: pero tienes una cama y un techo, no tienes la pierna rota, así que debes estar agradecido”.
Los beneficios de agradecer son:
- Harás un recuento de tus bendiciones y, por lo tanto, podrás darte cuenta de lo afortunada que eres al tener salud, familia, casa, comida y amigos, por ejemplo.
- Comenzarás el día sin quejarte, ni sintiéndote víctima. Por el contrario, desde que te levantes de tu cama estarás situada en una posición de ganadora, inyectando poder y vitalidad a tu actitud.
- Cuando agradeces, cambias tu vibración y eso hará que atraigas a personas que están vibrando en esa misma sintonía positiva.
- Al vibrar en alto, no sólo estarás rodeada de personas más luminosas, sino que te desharás de las que sólo se quejan y ven el mundo en su contra.
- Durante tu día, cuando suceda algo bueno, di en voz alta la palabra gracias tres veces. Verás como al repetir: “¡Gracias, gracias, gracias!”, mejora tu ánimo y te conviertes en una ganadora en cuerpo y alma.
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Fotografía: SHOWbit