Accesorios, proporciones, siluetas y detalles que no hablan de suntuosidad, sino de humor. ¿Cuál es el caso?
El propósito no es utilitario ni estético. Aquí, el fin justifica los medios: el diseñador quiere atención y se vale de recursos locos y desmesurados para lograrlo. De ahí que veamos ropa y sus complementos exagerados, raros o incluso algunos que parece que vienen del espacio. Pero esas imágenes fuera de este mundo son las favoritas del Instagram, adornan cualquier página de una revista y son un gran fondo de pantalla para tu computadora.
Sin embargo, cuando se trata de un guardarropa útil, su función cambia por completo, pues se convierten en un elemento lúdico, con el cual se relaja cualquier look. Divertirse al vestir jamás había sido más fácil. También puedes practicar el difícil deporte de reírte un poco de ti misma. Lo que no es posible eliminar es la duda de si los demás se ríen contigo al verte enfundada en un traje de varios miles de dólares, cuyo estampado está repleto de catarinas, o si en realidad se están mofando de ti por apostar por una carcajada en lugar de por tu elegancia.
Más allá de las risas obvias o a tus espaldas, los diseñadores se regodean con la libertad que hoy ofrece una pasarela en donde se vale todo. Además, siendo justa con el juicio comercial de las marcas, he visto a más de una persona comprar esas propuestas y salir a la calle a declarar por el mundo que la creatividad no es un talento reservado para los creadores, sino para las que saben hacer una coordinación de moda con un toque locuaz.
#Knowtherules – #Breaktherules
Fotografía: SHOWbit