¿Qué sucede cuando tu amiga se convierte en tu jefa o tú en la de ella?
Lo primero que hay que entender es que la amistad va a sufrir un cambio significativo dentro del trabajo y será un buen propósito mantenerla intacta fuera de él. La verdadera complicación en este tipo de casos es que la chica que queda bajo el mando de su amiga puede confundirse al pensar que seguirán siendo cómplices y quizás incluso considera que tendrá beneficios. Pero la que ocupa un sitio superior en el organigrama tendrá que hacerse cargo del equipo con toda objetividad y, en lugar de tomar café y compartir chismes con su amiga, le va a exigir que cumpla con su trabajo cabalmente. Sin embargo, hay un inconveniente más grande aún: entre amigas hay historia, secretos y gran conocimiento de las debilidades de ambas. Esas confidencias se pueden tornar en contra de una o la otra. La jefa puede usar esa información para exigirle que, por ejemplo, no vaya a plagiarse a alguien para escribir el proyecto asignado, como lo hacían juntas cuando trabajaban al mismo nivel. Y la subalterna puede comenzar a hablar mal de su amiga y “sus ínfulas de gran líder” con sus compañeros de equipo, haciendo la misma campaña que antes, como amigas, lanzaron contra el ex jefe.
En un caso así, lo importante es poner las cosas claras de una vez y desde el principio. Primero que nada, la chica que queda en el mismo nivel tiene que aceptar el ascenso de su amiga sin envidias ni sentimientos amargos. La nueva jefa debe aclarar que la relación de amistad tendrá cambios sólo en el ámbito laboral, pero que no debe prestarse a rechazo o a falta de cariño el hecho de que deba exigirle igual que a los demás. Sobre los secretos y confidencias, ambas tendrán que pactar dejar encriptada esa información y actuar con el profesionalismo que requeriría trabajar con una extraña de jefa o empleada común y corriente.
Si tú sientes que estás en una posición vulnerable, en la que, ya sea por antipatía, por saber demasiado, por falta de paciencia o reprobación, consideras que puedes perder tu trabajo, te sugiero que detengas las conversaciones internas y los miedos y te atrevas a hablar con tu amiga. Coméntale lo que sientes sin acusarla, sino con la fórmula: “Siento que no te agrada nuestra situación, considero que no te gusta mi trabajo o pienso que no has sido justa conmigo”. Siempre en primera persona y sin acusarla de nada. Pregúntale qué puedes hacer para mejorar las cosas, si estás interesada en conservar el trabajo y/o la amistad. Pero especialmente sé valiente al enfrentar la verdad, sea cual sea, y despídete de esa inútil angustia que no te lleva a ninguna parte.
#Knowtherules #Breaktherules
Fotografía: SHOWbit