Cómo saber si tu jefe no te deja crecer, disfruta cortándote las raíces y las ramas, para que nunca florezcas. Estas son las señales:
No hay jefe perfecto, porque dejaría de ser humano. De hecho, los que hemos sido jefes sabemos que ese trabajo es tan difícil como ser padres. Es complicado darle gusto a todos tus subalternos cuando muchas decisiones no dependen sólo de tu núcleo laboral, cuando tratas de ser justo o tienes que tomar determinaciones drásticas. Pero lo cierto es que parte de tu labor como líder de un grupo, pequeño o grande, es que todos sus integrantes se sientan motivados, valorados y tengan oportunidad de crecer dentro de su campo y talento. Muchas veces verás volar a alguien de tu equipo con alas que tú permitiste crecer y desplegar. Ver partir a uno de tus colaboradores puede ser agridulce, porque te duele no contar con su presencia, pero gozas al saber que ha crecido y estará en un mejor sitio profesional.
Sin embargo, nunca falta un jefe que en lugar de darte amplitud para crecer, te constriñe para que pierdas tu motivación, te cuarta la iniciativa, te hace dudar de tu talento, te quita la posibilidad de tomar decisiones, arrebatándote el gusto y la pasión que sentías por tu trabajo. ¿Crees que puedes estar en ese caso? Sigue leyendo y verás si coincide:
1.- Has perdido la seguridad ante una serie de berreras para hacer tu trabajo libremente.
2.- Te encuentras en una disyuntiva, porque tu puesto requiere tomar decisiones, pero ninguna de ellas puede ser ejecutada sin la autorización de tu superior.
3.- Has experimentado en carne propia la tendencia de tu jefe a frenar toda clase de evento o posibilidad de ascenso que pudiera hacerte crecer profesionalmente, darte nuevas oportunidades o entablar interesantes relaciones laborales.
4.- Te consta que a tu jefe le molesta cuando están en una reunión y los clientes o grandes ejecutivos te saludan afectuosamente.
5.- Tu jefe te ha hecho comentarios irónicos sobre tus posts o cuantiosos seguidores en redes sociales, te ha pedido o exigido bajar alguna foto en la que apareces como triunfadora o simplemente detesta que te hayas convertido en tu propia marca.
6.- Escuchas a tu jefe hablar mal de otras personas que se han ido de tu empresa y han obtenido mayor reconocimiento o éxito lejos de su liderazgo.
7.- Sientes que tu estómago se hunde cuando ves un mail de tu jefe, te llama por teléfono o te manda un mensaje en tu celular.
8.- Es domingo y desearías que fuera viernes otra vez, porque no tienes ganas de enfrentar a tu jefe y sus caprichos al día siguiente.
9.- Sientes que tu autoestima está frágil, al grado de creer cuando tu jefe te dice que no sabes hacer tu trabajo y ya no te sientes capaz de presentarle nuevas ideas con el temor de que te humille o las critique.
10.- No tienes energía para nada. Después de una junta con tu jefe, parece que acabas de pasar unas horas con cien Dementors en Azkaban. Ya no puedes salir a ver a tus amigos, ir al gimnasio y notas que te desquitas con tu familia, tu pareja o hasta tu mascota en casa.
Si tu situación coincide con más de seis de estas descripciones, entonces estás enfrentándote a un jefe que te quiere convertir en bonsái. Con esa persona será imposible crecer profesionalmente, desarrollar tus habilidades y alimentar la pasión por tu trabajo. Es momento de considerar lo que propone Sheryl Sandberg, la COO de Facebook, cuando te enfrentas a un líder así: ¡despídelo!
Busca otro trabajo inmediatamente, antes de que en vedad te conviertas en un bonsái y ya no puedas cambiarte a una empresa donde te valoren y te dejen desarrollar tu talento.
Lo más importante es que nunca cedas tu poder. Esa persona tiene la facultad de frenarte o dejarte crecer, pero de ninguna manera debe afectar tu pasión, dignidad y seguridad. Afortunadamente, esas tres cosas sólo dependen de ti y debes llevártelas a donde puedas hacerlas valer como un tesoro.
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Foto: SHOWbit.